El sistema capitalista tiene como una de sus características
estructurales que en el la propiedad de los medios de producción corresponde a
un conjunto de individuos, mientras que otro, el no propietario, realiza el
trabajo encomendado por los primeros. Medios de producción y fuerza de trabajo
son considerados mercancías. Las relaciones entre propietarios y las relaciones
entre propietarios y no propietarios tienen carácter de relaciones de cambio.
La posibilidad de la compra y venta de la fuerza de trabajo es la “diferencia específica”
del capitalismo. El capitalista sólo tiene que desembolsar dinero a cambio de
fuerza de trabajo y medios de producción, y de esa manera puede adquirir mayor
cantidad de beneficios. Este incremento del dinero es lo que se denomina
plusvalía. El móvil de la ganancia es el motor natural, entre comillas, que
caracteriza todo el edificio, el fomento del homo economicus es fundamental
para la permanencia y reproducción.
El valor de la fuerza de trabajo se determina por el tiempo de
trabajo necesario para la producción, de esta manera se entiende que el valor
de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios
que se mantenga el trabajador.
Aunque suene a mal: la simple circulación de mercancías no genera
plusvalía, Lo hace el trabajo. La jornada del mismo se divide en dos partes:
trabajo necesario y trabajo excedente. Es de este último del que se apropia el
capitalista, se apropia de la plusvalía. La producción de la plusvalía es lo
característico del sistema capitalista.
El valor de una mercancía se puede dividir en tres:
1) Valor de los materiales y maquinaria usadas– capital constante
c
2) Restituye el valor de la fuerza de trabajo–capital variable v
3) Plusvalía p
c + v + p = valor total
Es preciso apuntar que la primera es una versión simplificada de
las balances modernos de empresas:
Valor total: Entradas brutas por ventas
Capital constante: Desembolso en materiales con más depreciación
Capital variable: Desembolso en sueldos y salarios
Plusvalía: Ingreso disponible para su distribución (interés,
dividendos, reinversión)
Y el 2:
Ingreso nacional bruto: V+ P+C (solamente la depreciación del capital fijo)
Ingreso nacional neto: V+P
La Tasa de la Plusvalía. Hay varios proporciones derivadas de la
fórmula c+v+p. Tasa de la plusvalía: p/v = p, llamada “La tasa de explotación” es la proporción de trabajo
excedente con respecto al trabajo necesario. La magnitud de esta tasa se
determina por:
1) Duración del día de trabajo/ tiempo que debe dividirse entre
trabajo necesario y excedente
2) Cantidad de mercancías que entran en el salario real
3) La productividad del trabajo
Los dos últimos factores definen cuánto de ese tiempo debe
contarse como trabajo necesario. La tasa de la plusvalía se puede elevar a
partir de:
a) Extensión del día de trabajo.
b) Rebaja del salario real.
c) Aumento de la productividad del trabajo.
La Composición Orgánica del Capital: Esto es la relación del
capital constante con el capital variable. Indicador: Proporción del capital
constante con respecto al capital total: c+v
= o =
composición orgánica del capital
Los factores que determinan son la tasa de los salarios reales, la
productividad del trabajo, nivel común de la técnica y la amplitud de la
acumulación de capital en el pasado.
La Tasa de la Ganancia: Es la proporción de la plusvalía con
respecto al desembolso total del capital: c+
v = g =
tasa de la ganancia sobre el capital realmente empleado en la producción de una
mercancía dada. Nos encontramos con el problema de los periodos variantes de
rotación de los distintos elementos del capital a la hora de calcular la tasa.
Los factores que determinan la tasa de la ganancia son idénticos a
los factores de la tasa de la plusvalía y la de la composición orgánica del
capital. La tasa de la ganancia es la variable clave desde el punto de vista
del comportamiento del capitalista.
Consecuencia según la Ley del Valor: La composición orgánica del capital debe ser
idéntica en todas partes, sin embargo esto no se cumple ya que las
composiciones orgánicas del capital son muy desiguales entres industrias
productoras de mercancías, de esta manera observamos que en el mundo real de la
producción, la ley del Valor no ejerce un control directo. Esto está sujeto a
comprobación cada vez que realizamos los análisis correspondientes.
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