Como el primer paso: El trabajo debe, en cualquier forma de
sociedad existente, relacionarse a la producción y procurar, aunque sea
mínimamente, una (re) distribución de los productos entre sus miembros.
Ya hemos visto pues, que gracias a esta característica
fundamental, el valor de cambio es uno de los elementos principales que
gobiernan la asignación de la actividad productiva, de que debe realizarse, en
una sociedad productora de mercancías.
La forma de producción establece pues una leyes y es la teoría del
valor cuantitativo la que debe descubrir cuales son.
La relación que se establece entre dos tipos de trabajo distintos
es susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus
productos (dos ejemplos: diferencia de habilidad natural; medir la efectividad
en términos puramente físicos / diferencia como cuestión de entrenamiento;
medir el trabajo incluyendo las horas de trabajo de sus maestras). El problema
del valor cuantitativo radica en que: el presupuesto de que las mercancías se
cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente
necesario incorporada en problemático y da a entender una repartición exitosa y
cerrada, de difícil comprobación en el mundo real.
Si estamos ante una sociedad simple de mercancías, demanda y
oferta estarán equilibradas, es decir competencia perfecta, siempre que el
precio de cada una de las mercancías sea proporcional al tiempo de trabajo
requerido
De manera contraria, se establecieron precios proporcionales a los
tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y
de la demanda puedan trabajar libremente.
La relación demanda-oferta explica, sólo las desviaciones de los
precios de mercado con respecto a los valores de mercado y por otra parte la
tendencia a balancear estas desviaciones.
El valor real se establece en el momento que oferta y demanda se
equilibran mutuamente.
Para conocer la proporción del cambio como la distribución del
trabajo, es necesario contar con dos clases de información; el coste relativo
en trabajo de la mercancía y la intensidad relativa de la demanda de la
mercancía. Con esto podemos determinar cuál es el equilibro económico general
de la sociedad.
Entonces vemos que cuales son las necesidades de los consumidores
es algo muy importante, pero lo es todavía mas cual es la distribución del
ingreso.
Vemos que no se deben privilegiar aspectos subjetivos o
psicológicos de los comportamientos de los consumidores en detrimento de lo
importante: el análisis de las relaciones de producción.
Las necesidades de los consumidores son un reflejo del desarrollo
y del nivel técnico de la sociedad y no viceversa. El modo de producción de la
vida material es el que determina el carácter general de los procesos
socio-políticos.
La ley de valor resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora
de mercancías que regula; las proporciones del cambio de mercancías, la
cantidad producida de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a las
diferentes ramas de la producción
La ley del valor es una teoría de equilibrio general desarrollada
en primer lugar con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada
después al sistema capitalista.
El Valor y el Precio de Producción: El precio es la expresión
monetaria del valor, mientras que los precios de producción son modificaciones
de los valores. Estos se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas
generales, por lo cual las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de
explicación.
El precio de monopolio se determina por el ansia de adquirir de
los compradores y por su solvencia económica, independientemente del precio,
que es determinado por el de la producción general y por el valor del producto.
El control de la oferta permite aprovecharse de las condiciones de
la demanda. Las discrepancias entre el precio de monopolio y el valor no están
sometidas a ningunas reglas Las relaciones de valor cuantitativo son
perturbadas por el monopolio mientras que las de valor cualitativo no lo son.
Entonces aún bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo, y
comparando, mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de
tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas
precisas implicadas en la ley del valor hayan dejado de ser válidas.
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