sábado, 8 de febrero de 2014

Bernard Bruneteau EL SIGLO DE LOS GENOCIDIOS: VIOLENCIAS, MASACRES Y PROCESOS GENOCIDAS DESDE ARMENIA A RUANDA


El exterminio existe en la historia de la raza humana desde las más antiguas sociedades organizadas. En la misma Atenas, la madre de las democracias occidentales, se llevó a cabo como castigo contra la ciudad de Delos, por no ayudarles en la Guerra del Peloponeso.
En principio, no se hizo distinción en la definición de genocidio y crimen contra la humanidad, hasta que se empezó a entender genocidio como el ataque a un grupo predeterminado, y no a la población civil en general. El término se empezó a utilizar políticamente a mediados de los sesenta, pero hasta mediados de los setenta, cuando Irving Louis Horowitz escribe Taking Lives:Genocide and State power, no era posible encontrar estudios significativos de la materia.
En esta obra se hace distinción entre violencia de Estado y asesinato de Estado. A partir de entonces, le empiezan a suceder numerosos autores, centrándose en la crítica de la definici´on hecha en 1948 de las Naciones Unidas. Por otra parte, se comenzó a dar una gran controversia a la comparación entre genocidios, que sería demagogia para algunos y indignación equivalente para otros. Así, el autor del libro utiliza como referente a Israël Charny y los elementos que utiliza para poder llevar a cabo una comparación seria entre genocidios.
En primer lugar se refiera como necesaria a una definición, donde se debe hablar de un enemigo no natural, y en ocasiones de un grupo.
Después hace referencia a la intencionalidad, que lo distingue de la matanza de guerra, haciendo hincapié en la intención de un exterminio parcial o total.
Estos nos llevan al ejecutor, que engloba a todo el conjunto, es decir, tanto líderes, como puestos sin relevancia.
Por último habla de la puesta en práctica, ya que hay gran variedad en cuanto a métodos se refiere,  mostrando como ejemplo de todos los métodos posibles, el exterminio de los judíos europeos llevado a cabo por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, incluso añadiendo a los genocidios anteriores un nuevo método de asesinato, como son las duchas de gas.
Aunque se puede hablar del siglo XX como el siglo de la violencia, donde el genocidio supera los límites de lo imaginable, el autor nos recuerda masacres que se dieron en la época colonial.
Durante éste período, se llevaron a cabo masacres en las sociedades indígenas, pero también durante el proceso de colonización. Así, el autor, también hace referencia a los radicales de la teoría de Charles Darwin El origen de las especies, que explican las masacres llevadas a cabo sobre pueblos indígenas, como consecuencia de la selección natural y la superioridad racial.
Es a esa radicalización teórica, a la que atribuye la culpa del pensamiento de Adolf  Hitler, que la descubrió al mudarse a Múnich en 1913, donde la teoría estaba muy presente.
Fue en la Primera Guerra Mundial, donde la violencia se podía denominar extrema y sin precedentes, produciéndose un cambio en el concepto de guerra, por uno más salvaje y violento, como el que se daba entonces en Europa. La Guerra alcanzó un carácter revolucionario, y un cambio en la mentalidad de la gente, que no tuvo otro remedio que acostumbrarse a la violencia de la época, donde predominaba una cultura de guerra basada en el odio al enemigo.De manera que como François Furet  dijo, tanto fascismo como bolchevismo fueron en gran medida consecuencias de esta guerra “Trasladando a la política, el conocimiento adquirido en las trincheras”.
Después, el autor entra a explicar lo que se conoce como “el primer genocidio moderno”, el sucedido en Armenia en el año 1915 cuando Los Jóvenes Turcos, Enver, Talat y Djemal, que dirigían el Comité Unión y Progreso,  liquidaron a la mitad de los armenios en El Imperio Otomano. Este suceso es sometido a dos análisis reduccionistas, el primero explica la tradición otomana de masacrar a minorías de manera modernizada, el segundo se resume en la mayor atrocidad que se cometió dentro de La Gran Guerra.
Fue Abdul Hamid, quién rechazó las reformas favorables a una comunidad armenia ya debilitada, e hizo del islamismo la religión oficial, afirmando como superior lo musulmán y el desprecio al infiel, desembocando en la década de 1890 en una masiva violencia de los kurdos a los armenios de Sassun y más tarde en Constantinopla, Trebisonda, Van y Egin.
Más tarde, en 1915, tras la derrota turca en Sarikamish, el gobierno de Estambul llevó a cabo medidas militares respecto a la población armenia, así a finales de ese mismo año, ya no había armenios en Anatolia, lo que fue calificado en la Declaración de los Aliados de “crimen de Turquía contra la humanidad”.
Más tarde, cuando el conflicto parecía olvidado,  la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en 1973 lo calificó como “el primer genocidio del siglo”. Por el contrario, la corriente histórica turca tiende a la negación del suceso.
El siguiente apartado, hace referencia a las políticas genocidas que se llevaron a cabo en la Unión Soviética bajo el poder de Lenin y Stalin.
Fue en la Revolución de 1905, cuando se comenzó a llevar una política del terror e incitación al terrorismo para enfrentarse a los zares. También más tarde entre 1918 y 1921, siempre respondiendo a masacres por segregación de clase, el odio a la clase enemiga, la dictadura del proletariado. Ello fue consecuencia de la lectura de Lenin y los bolcheviques de Marx, y causa de la posterior liquidación de los kulaks por parte de Stalin decidida en 1929, y más tarde, a la hambruna exterminadora en Ucrania  entre 1933 y 1932, así como el fenómeno de los specposelency, es decir, deportados pertenecientes  a un grupo, de la política de deportación étnica entre 1937 y 1949, como consecuencia del supuesto anti socialismo perseguido por el NKVD, que fue denunciada por Jruschov en su informe para el XX Congreso del PCUS de 1956.
A raíz de esto, diferencia Estado asesino y violencia de Estado, poniendo a la URSS como ejemplo de Estado que comete actos genocidas, y la Alemania nazi como Estado genocida.
Así introduce el tema del exterminio judío en Europa, conocido como “Holocausto” o “Shoah”, que considera que se ha interpretado de tres formas distintas. En primer lugar se describe como consecuencia de la persecución antisemita europea dada durante siglos. En segundo, como la acción del pueblo alemán, históricamente sobresaliente, del régimen, los dirigentes nazis, los ciudadanos y las estructuras estatales. Por último, es descrito en un contexto y una situación política y militar que determinan la masacre. Estos enfoques han evolucionando, hasta el momento de conjugarse, y dar lugar a un estudio que presta atención a víctimas, ejecutores y testigos.
En cualquier caso, se estudia la desaparición de millones de judíos en el período que transcurre entre 1941 y 1945.
También habla del enfrentamiento entre dos tesis que se dio durante años, el intencionalismo , que defendía la solución final como fruto de una planificación inicial llevada a cabo por Hitler y el funcionalismo, que lo describe como consecuencia de las necesidades político-militares a partir de 1941. Hoy el debate no es este, sino conocer el inicio de la ideología racista.
También muestra el error de reducir el la política racista nazi al antisemitismo, ya que se trataba de una ideología racista global, que abarcaba multitud de proyectos.
Para mayor conocimiento de la causa, el autor explica la relevancia para los historiadores de saber quiénes fueron los protagonistas, y su situación personal, para poder estudiar las causas biográficas y culturales. Desde esta perspectiva, se tendría en cuenta  la cultura de guerra citada anteriormente de entre 1914 y 1918, que explicaría en parte la educación recibida por estas personas, así como de un posible miedo a la aniquilación alemana.
Por la magnitud de la masacre, se ha llegado a la conclusión actual de ser un episodio único e incomparable con ningún otro, lo que según el autor lleva a una nueva forma de “religión civil”, que exime en ocasiones a los países occidentales de realizar ninguna reflexión. También, lleva a la jerarquización de las víctimas de los genocidios del siglo XX, y por último, el riesgo de que se olvide la capacidad de producirse un genocidio en un contexto histórico determinado.
Por último, se nombran los argumentos de la concepción del genocidio judío como extremo y sin precedentes:
·      Único llevado a cabo bajo razones exclusivamente de ideología.
·      Carácter  universal en toda Europa, y el mundo entero si Hitler hubiese ganado la Guerra.
·      Se buscó la eliminación del grupo en su totalidad, sin hacer ningún tipo de distinción.
·      Fue la consecuencia de un desarrollo moderno, un proceo industrial y burocrático.
·      El nacional-socialismo y su régimen, causantes y ejecutores del genocidio, no tiene precedentes.
Una vez explicado todo esto, se pasa al genocidio, según el autor , impune, que se cometió en Camboya, entre 1975 y 1979 durante el gobierno de los jemeres rojos,  reconocidos “actos de genocidio” por la ONU en 1997.
Describe la eliminación de naturaleza sociológica en la mente de los dirigentes del Angkar, siendo preciso eliminar el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo reaccionario.
Las causas de un enorme número de muertes, como el exceso de trabajo, la malnutrición o enfermedad, permitieron la adquisición de una selección natural planificada.
En 1977, se descubrió que el Angkar era el Partido Comunista de Kampuchea, cuando el secretario general  Pol Pot fue visto en un viaje a China. Los “grandes hermanos”,  se camuflaban para ocultar que no eran campesinos como se pensaba, sino intelectuales afrancesados, de ahí su influencia comunista, y  acomodados.
La opinión general ha defendido el carácter camboyano del genocidio, consecuencia de las circunstancias locales y regionales, diferenciándolo del comunismo, lo que lleva al reproche hacia los Estados Unidos, por el exterminio de un pueblo por razones estratégicas. 
Pero según el autor, al estudiar detalladamente la masacre y su cronología, se observa la influencia comunista, reducida a el objetivo de “erradicar el tumor burgués” de la sociedad jemer.
Destacan las referencias de Pol Pot en su revolución socialista: el plan estalinista y el Gran Salto Adelante Chino. El plan cuatrienal de los jemeres rojos en 1976, era irreal, como dice David Chandler, “ un acto ritual, un rito de paso destinado a hacer de Camboya un auténtico Estado comunista”.
En definitiva, se aprecia claramente el comunismo de los jemeres rojos, aunque su política, fue fruto de las circunstancias sociales y políticas en las que se habían visto, y citando de nuevo a Chandler, “un fenómeno del siglo XX a la vez camboyano, comunista e importado. Representaba una amalgama única”.
Por último, se desarrolla en un capítulo el etnicismo genocida posterior a la Guerra Fría y el nacimiento de una jurisdicción internacional permanente.
En primer lugar se analiza la “limpieza étnica” bosnia. El 25 de junio de 1991 se proclama la independencia de Eslovenia y Croacia, comenzando así la guerra de Yugoslavia. En las cuasas principales del conflicto, encontramos la limpieza de sangre del gobierno serbio. El nacionalismo serbio pretendía concentrar a todos los serbios en un mismo Estado mediante anexiones, así como la eliminación de los musulmanes del territorio y todo rastro histórico que pudieran dejar, lo que Mirko Grmek calificó de memoricidio.
También se realiza una descripción del genocidio de Ruanda en abril de 1994 en Murambi, donde fueron asesinados más de 50.000 tutsis.
El senegalés Boucabar Boris Diop, identifica la matanza con el Shoah en Murambi, le libre des ossements, escrito en el año 2000.
Una de las características principales de este genocidio, fue la descentralización en su organización por la participación de la población hutu.
Existen tres modelos o tesis que explican la tragedia:
1.     Considera fundamental el factor económico, basado en la superpoblación y la consecuente falta de tierras.
2.     Le da mayor importancia al perfil sociopsicológico del perpretador, como actor obediente y conformista por cultura.
3.     Destaca el afán de poder de la élite hutu, concreatmente de la facción akazu.
El autor del libro se decanta por la combinación de las tesis, y alude a tres elementos causantes de los decisivos años de guerra:
·      La intensificación de la división amigo/enemigo.
·      La introducción del multipartidismo por la presión francesa.
·      Los Acuerdos de Arusha por la presión internacional, el 3 de Agosto de 1993, entre Habyarimana y el FPR. Cuyo tribunal es el único que puede construir una memoria condenando a los planificadores de la masacre.
Finalmente, hace una mención a la Corte Penal Internacional, que pone a nuestra disposición un órgano que busca la garantía de nuestros intereses. Añade que no existen mecanismos de prevención de genocidio, y su deseo de su existencia en el mundo, pero que nunca haga falta su uso.

domingo, 19 de enero de 2014

Capítulo 7: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS



Marx nunca dedicó un análisis completo a las crisis capitalistas, quizá, nos dice el autor, por su método analítico de la abstracción, que le impedía un análisis de la complejidad de las causas; Aún así las crisis fueron un tema recurrente en la obra de Marx.
El capitalismo contradictorio de la sociedad capitalista impresiona al burgués practico del modo más notable en los cambios de ciclo periódico que la industria moderna recorre y cuyo punto culminante es la crisis general  (El Capital, 1973).
Los economistas clásicos se mostraron incapaces de elaborar nuevas hipótesis que implicarán las nuevas condiciones capitalistas. Las suposiciones quedaban ancladas en certezas más dadas en la producción simple en economías no desarrolladas, donde el trueque de mercancía por mercancías se presenta como unido en el tiempo, lo que lo convierte en un escenario improbable de crisis.
Sin embargo como nos explica Marx en su crítica de la Ley de los mercados de Say, en la cual se da por sentado la imposibilidad de la interrupción de la circulación M-D-M y por tanto la de la existencia de crisis; En las producciones M-D-M de la producción de mercancía desarrollada , la compra y la venta están separadas en el tiempo y en el espacio, esto implica que el proceso de circulación puede sufrir interrupciones ya que está dividida, además este fenómeno puede extenderse afectando a toda la economía.
En la producción capitalista hay efectivamente riesgo de crisis, al contrario que los referentes históricos de crisis donde se las asociaba a la escasez, con las crisis capitalistas hablamos ahora de crisis de sobreproducción. Sobreproducción como consecuencia y en ocasiones como causa pero la generalidad nos llevaría a centrarnos en las causas de la interrupción del proceso.
El capitalismo y la crisis
La forma de circulación propia del capitalismo es D-M-D, ya no estamos hablando de valor de uso como en el desarrollo M-D-M, y donde la lógica invita al proceso por el valor de uso superior de la segunda M, en esta producción simple de mercancías para el consumo  podría seguir la Ley de Say, pero cuando hablamos en dimensiones de producción D-M-D, estamos hablando de la inversión de un capital inicial (fuerza de trabajo, medios de producción) para la producción de mercancías transformables en su venta en dinero, con el objetivo de la expansión del valor del capital inicial, en una carrera de acumulación de riqueza en un sentido abstracto.
En el capitalismo la mayoría de la población mueve su economía con la forma M-D-M con el objetivo del aumento del valor de uso, mientras como ya hemos visto el capitalista aparece en el mercado como interesado en elevar al máximo su tasa de ganancia. 
Comparadas las diferencias diremos que,  la introducción de un parón en el proceso de la producción simple de mercancías y en el capitalismo, producen de igual manera una crisis. La reducción de la circulación, creando una sobreproducción, que más tarde se convertirá en descenso de la producción.  Lo que parece seguro es que si se altera la tasa de ganancia el capitalista reconsidera invertir el dinero que comenzara el proceso D-M-D, vamos a analizar los dos casos de los que nos habla el autor:
1.     D desaparece o se vuelve negativo: Si el incentivo para la inversión capitalista se extingue, los capitalistas retirarán su capital, disminuirá la circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción.
Aunque este fenómeno está más cercano a una depresión y puede no ser la explicación del inicio real de una crisis.
2.     El descenso de D: La tasa de ganancia se reduce y el capitalista reduce sus operaciones.  El capitalista elige entre dos vías poner el capital en circulación o guardarlo, aunque más tarde o más temprano habrá de invertirlo. Los más normal es que si la tasa de ganancia está por debajo del nivel ordinario, el capitalista lo retire y se lo lleve a un mercado más rentable, y si esto ocurriese en todos  lo guardaría hasta que se dieran condiciones más favorables (Que la tasa de ganancia vuelva a mejores niveles). Y es que de hecho la crisis y la depresión que la sigue son parte del mecanismo de reactivación de la tasa de ganancia. El capitalista siempre va ir en busca de un aumento de la plusvalía.
Para Marx la clase capitalista se divide en capitalistas y empresarios. El capitalista suministra, mediante préstamos, capital al empresario, que realiza sus operaciones, donde buscará la inversión de capital mientras la tasa de ganancia sea más alta que el interés que le paga al capitalista. En el momento que esto no sea así se cortará la circulación y generalizará la crisis. La premisa aquí son los intereses del capital, de alguna manera el capitalista tenderá a conservar el capital en forma de dinero a prestar el capital a tipos inferiores, ya que sería más prudente posponer sus operaciones hasta que los niveles de ganancias vuelvan a los tipos anteriores o los superen, solo si el periodo fuera largo el capitalista se resignaría a un tipo más bajo y empezaría a hacer circular el capital a los empresarios.
De igual manera las dos tipos alternativos explican la restricción de actividades del capitalista cuando desciende la tasa de beneficio del capital.
Dos tipos de crisis
La ley de la tendencia de la tasa de ganancia es su faceta decreciente fue deducida de la suposición de que todas la mercancías se vendía en sus valores de equilibrio, por lo tanto no se tenía en cuanta el síntoma de desequilibrio en el sistema de valor, aunque si hubiera una crisis se convertiría en causa del desequilibrio.
Abandonando la suposición anterior, aparecen nuevas razones y causas del descenso del beneficio. Como nos explica la ley de la oferta y la demanda, si se produce demasiado, el precio del producto desciende por debajo del valor, y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurre en diferentes tipos de industrias, se extiende y aparecería una crisis de realización.
Las dos crisis mencionadas nacen igualmente del endurecimiento del lucro, en un caso implicados los movimientos en la tasa de plusvalía y el otro unido al déficit de demanda, pero debemos especificar, en términos de demanda insuficiente para comprar la mercancía con tasa de ganancias satisfactorias para el capitalista.

Capítulo 6: LA TENDENCIA CRECIENTE DE LA TASA DE GANANCIA


La formulación de la ley por Marx
Con equipos eficientes, se observa claramente un crecimiento en la productividad del trabajo y de l misma manera, de la composición orgánica del capital. De esta afirmación, deriva la “ley de la tendencia decreciente” de Marx.
g = p ´(1-o)
      g : tasa de ganancia
      p´: tasa de plusvalía
      o : composición orgánica del capital (proporción del desembolso del                                         capitalista en materiales y maquinaria con respecto al desembolso inicial)
De esta fórmula, se deduce que si o sube, g baja. Entonces, como anteriormente hemos dicho que o sube con equipos eficientes y su consecuente aumento de efectividad, g tendería a caer. Pero los cambios que se produzcan en , pueden equilibrar los cambios en o reduciendo esto a una mera tendencia. Esto es lo que Marx llama “Teoría de la Ley”.

Las causas contrarrestantes
A continuación, se explican seis causas citadas por Marx, que “contrarrestan o anulan” la ley general de tasa decreciente, como hemos dicho antes, dandole un carácter meramente de tendencia.
Se clasifican en dos grupos, según bajen la composición orgánica del capital o eleven la tasa de plusvalía.
En las que bajan la composición orgánica del capital, se encuentra el Abaratamiento de los Elementos de Capital Constante:
La productividad aumenta con la maquinaria, y el valor por unidad del capital constante disminuye. Así, crece la composición orgánica del capital produciendo la bajada del valor del capital constante.
En la segunda clasificación, encontramos:
·      Aumento de la intensidad de explotación: al aumentar el tiempo de la jornada de trabajo aumenta también la plusvalía y el trabajo excedente, siendo la misma que antes, la cantidad de trabajo necesario.
Acelerar y estirar eleva la tasa de plusvalía y recorta el trabajo necesario, pasando al excedente parte de la jornada.
·      Depresión de los salarios por debajo de su valor: el mercado es quién determina los precios y los salarios, lo que evita una política agresiva de los salarios.
·      Superpoblación relativa: es fruto de la sustitución de trabajadores por maquinaria. Lo que según Marx, lleva a nuevas industrias con composición orgánica del capital baja y tasa de ganancia alta, que hace subir la tasa de ganancia general. Por otra parte, se deprime la tasa de salarios por la competencia con la fuerza de trabajo activa, y así se eleva la plusvalía.
·      Comercio exterior: con él se adquieren productos más baratos, y se eleva así tanto la tasa de ganancia como la plusvalía, y reduciendo el valor del capital constante.


Una crítica de la ley
¿ Se debe suponer que una composición orgánica ascendente del capital supone una tasa constante de plusvalía?
Una composición orgánica ascendente conlleva un aumento de la productividad, de esta manera, si la plusvalía no varía, los salarios reales aumentan.
Si el obrero aumenta la productividad de su trabajo, tanto él como el capitalista se benefician del mismo modo.
Por otro lado, un aumento de la productividad supone la creación de un ejército de reserva, lo que tiene como consecuencia una depresión de los salarios y un aumento de la tasa de plusvalía.
El capital constante compite con el trabajo viviente frenando sus demandas.
Marx dice, que una mayor productividad supone un aumento de la plusvalía, Así se deduce que a mayor composición orgánica mayor plusvalía.
Según Marx, los cambios en la composición orgánica del capital son tan grandes que pesan más que cualquier efecto compensatorio de los cambios en la tasa de plusvalía.
Esto es, según el autor de este libro insostenible, porque la composición orgánica del material es una expresión de valor, por lo que mayor volumen de maquinaria y material no indican su cambio.
“No hay una suposición de que los cambios en la composición orgánica del capital serán relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de plusvalía que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de ganancia”.
Hay que considerar ambas variables de similar importancia, por lo que la ley de Marx no es muy convincente. Esto  no quiere decir que haya una tendencia de la tasa de ganancia a descender, pero no se puede demostrar empezando el análisis por la composición orgánica ascendente del capital. Es tras dicha composición, donde encontramos el proceso de acumulación del capital, donde debemos buscar las causas de la depresión de la tasa de ganancia.
La acumulación de capital aumenta la demanda de salarios, lo que lleva a reducir la tasa de plusvalía que se refleja en una menor tasa de ganancia que originan introduciendo maquinaria y otros recursos para economizar el trabajo.
El aumento en la composición orgánica del capital reestablece la tasa de plusvalía, aumentando el volumen de la plusvalía.
Todo ello no niega las causas contrarrestantes de la teoría de Marx. El aumento de la intensidad de explotación es muy importante en la práctica, porque al caber más trabajo en un tiempo determinado, la tasa de plusvalía aumenta considerablemente.
La tasa de ganancia, supone un continuo e importante contrapeso.
Por último decir que existen otras fuerzas que varían la tasa de ganancia, unas la elevan y otras tienden a deprimirla.
Tendentes a su depresión son:
1.     Los sindicatos: los obreros se agrupan y los utilizan como instrumento para la mejora de sus condiciones en la producción capitalista.
2.     El Estado en beneficio de los trabajadores: suele tomar muchas forma, con por ejemplo, la limitación legal de la jornada de trabajo o el seguro contra el desempleo
Tendientes a elevarlas:
1.     Organizaciones patronales: que actúan para mejorar la posición del capital frente al trabajo contractualmente.
2.     Explotación del capital: mitiga la presión sobre el mercado de trabajo doméstico imponiendo los efectos depresivos de la acumulación en la tasa de ganancia.
3.     Creación de monopolios: mejoran la tasa de ganancia propia, y en consecuencia la tasa de ganancia general.
4.     El Estado a favor del capital: como es el ejemplo de las tarifas proteccionistas.

Marx cree que los movimientos en la tasa de ganancia, dominan el sistema capitalista.
Con el análisis cuidadoso del capitalismo y la tasa de ganancia “ la economía política se convierte en un instrumento de comprensión más coherente y poderoso”.


Capítulo 5. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.



1. La reproducción simple: Es útil y necesario, para fines teórico, imaginar un sistema capitalista que, de manera continua no sufra cambios. Ello permite abarcar la estructura de las relaciones que prevalecen en el sistema como un todo, en su forma más clara y simple. El caso en que se supone que no existe el cambio, se verá que alguno de los elementos más esenciales del capitalismo, como existe en realidad, han sido deliberadamente ignorados.
Quesnay, el líder de los Fisiócratas, fue el primer economista que intentó hacer una presentación sistemática de la estructura de las relaciones existentes en la producción capitalista en su famoso “Tableau économique”, y Marx lo llamó “indiscutiblemente la idea más brillante de que la economía política había sido culpable hasta entonces.” Influido por Quesnay, consideraba su propio plan para el análisis de la estructura del capitalismo, que en su forma más elemental llama “Reproducción Simple”, como una versión mejorada del “Tableau”, que se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y proporciones entre sus diversas partes. Para que se cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el mismo. Si no fuera así, tendría lugar una acumulación o un agotamiento de la existencia de medios de producción.
Se establece una suposición a continuación que sirve de explicación más clara que refuerza la idea anterior y ayuda a la comprensión de la misma:
Toda la industria está dividida en dos ramas: en la I se producen medios de producción y en la II se producen artículos de consumo. Conviene subdividir la rama de artículos de consumo en una productora de artículos para obreros y otra de artículos para capitalistas, o sea, de lujo. C1 y C2 serán el capital constante empleado respectivamente en I y II. Por otro lado, V1 y V2 serán el capital variable, mientras que P1 y P2 la plusvalía y W1 y W2 el producto.
Como resultado, se da la siguiente tabla que representa la producción total:
I   C1+V1+P1= W1
II   C2+V2+P2= W2
Para que se cumplan las condiciones de la Reproducción Simple, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, y el consumo combinado de capitalistas y obreros debe ser igual a la producción total de la rama de artículos de consumo. Esto significa que:
C1+C2= C1+V1+P1
V1+P1+V2+P2= C2+V2+P2
Eliminando C1 de ambos términos de la primera ecuación y V2+P2 de ambos términos de la segunda ecuación, se verá que las dos se reducen a una ecuación única:
C2= C1+P1
Quiere decir que el valor del capital constante usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción. Si se satisface esta condición, la escala de la producción no cambia de un año al siguiente.
El plan de reproducción ofrece un armazón unificado para analizar las interconexiones de la producción total y del ingreso, un problema que no fue nunca adecuadamente tratado por los economistas clásicos. La producción se divide en dos categorías:
·      Producción total de medios de producción.
·      Producción total de artículos de consumo.
Ambas constituyen la suma de la oferta social de mercancías.
El ingreso se divide en:
·      El ingreso del capitalista 1: debe gastar en medios de producción si ha de mantener su posición como capitalista.
·      El ingreso del capitalista 2: Es libre de gastar en el consumo (plusvalía.)
·      El ingreso del trabajador: Salario.
Sin embargo, puesto que hay capitalistas y obreros en las dos grandes ramas, será mejor decir que le ingreso de divide en seis categorías (tres por las dos ramas.) Además, todas ellas constituyen la demanda total de mercancías.
El plan de reproducción pone los cimientos para un análisis de las “discrepancias” entre la suma de la oferta y la de la demanda, que, se manifiestan en trastornos generales del proceso productivo.
Este razonamiento desencadena de nuevo a la condición del equilibrio de la Reproducción Simple por un método que tiene la ventaja de poner al desnudo la lógica al plan de reproducción. Éste es en esencia un expediente para mostrar la estructura de las ofertas y demandas en la economía capitalista. Debe agregarse, sin embargo, que del plan como tal no es posible hacer ningunas deducciones causales; el plan provee un armazón, no un sustituto, para la investigación ulterior.
2. Las raíces de la acumulación: En el mundo imaginario de la Reproducción Simple se ha construido un sistema en el cual los capitalistas reciben el mismo ingreso año tras año y lo consumen siempre hasta el último dólar, por lo que, los valores de uso tendrían que ser considerados como el fin que persigue el capitalista.
Es inevitable la conclusión de que la Reproducción Simple implica la abstracción de lo más esencial en el capitalista (su interés en ampliar su capital.) Realiza esto convirtiendo una parte de su plusvalía en capital adicional. Le permite entonces apropiarse aún más de plusvalía, que a su vez convierte en capital adicional, y así sucesivamente. Este es el proceso conocido como acumulación del capital y constituye la fuerza del desarrollo capitalista.
El deseo del capitalista de aumentar el valor que controla (de acumular capital) proviene de su posición especial en una forma particular de organización de la producción social. No es de ningún modo una cuestión de propensiones o instintos humanos innatos.
El capitalista es una figura importante en la sociedad sólo por ser el propietario y representante del capital. Privado de su capital, no sería nada. Pero éste tiene una sola cualidad, la de poseer magnitud, y de aquí se sigue que el propietario de una gran cantidad de capital ocupa un puesto más alto en la escala social que el propietario de una cantidad pequeña; posición, prestigio y poder se reducen a la vara de medir cuantitativa de pesos y centavos. El éxito en la sociedad capitalista, por lo tanto, consiste en aumentar el capital propio. “Acumular (como lo expresaba Marx) es conquistar el mundo de la riqueza social, acrecentar la masa de seres humanos explotados por él, y de este modo extender el predominio del capitalista.
La mayor cantidad de plusvalía y también el mayor poder de acumulación corresponden al capitalista que emplea los métodos técnicos más avanzados y eficientes; en consecuencia, el afán de perfeccionamiento es general. Pero estos métodos de producción exigen mayores desembolsos y vuelven anticuados y sin valor los medios de producción existentes.
Vemos que el análisis marxista relaciona la acumulación de capital con la forma histórica específica de la producción capitalista. El camino del éxito y de la elevación social pasa a través de la acumulación. Conforme a esto, Marx trazó una teoría de consumo de los capitalistas. De este modo, aunque la urgencia de acumular sigue predominando, no excluye un deseo paralelo, y aun en parte derivado, de aumentar el consumo.
La interrelación que existe de continua dependencia entre la acumulación y el aumento del consumo que plantea Marx, es más que clara.
Los capitalistas no se enriquecerían si el nivel del consumo fuera bajo. Si por el contrario, éste se incrementa, el capital acumulado también lo hace, por lo que, la riqueza del capital es mayor.
En paralelo al planteamiento marxista, existen otras dos teorías contemporáneas ortodoxas.
v Teoría de la abstinencia: Abstenerse de consumir a efecto de acumular resulta penoso para el capitalista, y por lo tanto, el interés del capital debe considerarse como el necesario galardón de tal abstinencia. Contra esto Marx sustenta la opinión de que acumular capital, es un fin positivo y lleva consigo, tanto como el consumo, ciertos “placeres”. Sería exactamente tan lógico ver en el consumo una abstinencia de la acumulación, como lo contrario.
En resumen, los capitalistas quieren a la vez acumular y consumir, cuando hacen lo uno ello puede considerarse como abstinencia de lo otro.
v Teoría de la “espera”: La idea es que, los capitalistas desean consumir todo lo que poseen. No lo hacen porque esperan podrán consumirlo con interés en el futuro. Ello niega por completo la urgencia del capitalista de acumular riqueza.
Estas teorías operaban como defensa de la plusvalía y, por lo tanto, del statu quo.
3. La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: planteamiento del problema: El plan de Reproducción Ampliada de Marx, en contraste con la Reproducción Simple, muestra la interrelación de las ofertas y las demandas cuando la acumulación es tomada en cuenta, es decir, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que ésta se divide en tres partes, una que consumen los capitalistas, otras que se agrega al capital constante y una tercera que se suma al capital variable.
Este capítulo se centra en el estudio analítico de los efectos de la cantidad del capital variable, es decir, la demanda acrecentada de fuerza de trabajo, implícita en el proceso de acumulación.
Según Ricardo: “El trabajo como todas las demás cosas que de compran y venden, y que pueden aumentar o disminuir, tiene su precio natural y su precio de mercado. El precio natural del trabajo es el precio necesario para que los trabajadores, puedan subsistir y perpetuar su raza, sin aumento ni disminución. Por mucho que el precio de mercado del trabajo pueda desviarse de su precio natural, tiene, como las mercancías, una tendencia a ajustarse a él.”
Según la explicación de Ricardo de que le precio de mercado tiende a ajustarse al natural, considero que es porque por muy alto que sea el precio de mercado, los trabajadores (es decir, la mayoría de los consumidores) van a seguir percibiendo el mismo salario. Por esta razón el consumo va a disminuir y por consiguiente la riqueza del capitalista se verá mermada. Sin cabida a la posibilidad de acumular. Por este motivo, en la mayoría de ocasiones los precios de mercado son razonablemente superiores a los precios naturales pero no desmesuradamente elevados.
Si por el contrario esto no fuera así, y los trabajadores percibieran capital debido a ese aumento del beneficio, el precio de mercado podría ser tan alto como el capitalista decidiera, porque los trabajadores podrían permitirse seguir consumiendo.
¿Qué ocurre entonces? Que el capitalista percibe en esta situación lo mismo que cuando los precios era más bajos pero lo salarios también, por ello no le interesa esta opción.
Por lo que, en resumen, el mecanismo necesario para asegurar el que los salarios permanezcan más o menos al nivel convencional de subsistencia, reside en una teoría de la población. Ésta parte integrante de la estructura teórica de la economía política clásica. Marx la llamaba “dogma de los economistas.”

Capítulo 4: PLUSVALIA Y CAPITALISMO



El sistema capitalista tiene como una de sus características estructurales que en el la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro, el no propietario, realiza el trabajo encomendado por los primeros. Medios de producción y fuerza de trabajo son considerados mercancías. Las relaciones entre propietarios y las relaciones entre propietarios y no propietarios tienen carácter de relaciones de cambio. La posibilidad de la compra y venta de la fuerza de trabajo es la “diferencia específica” del capitalismo. El capitalista sólo tiene que desembolsar dinero a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción, y de esa manera puede adquirir mayor cantidad de beneficios. Este incremento del dinero es lo que se denomina plusvalía. El móvil de la ganancia es el motor natural, entre comillas, que caracteriza todo el edificio, el fomento del homo economicus es fundamental para la permanencia y reproducción.
El valor de la fuerza de trabajo se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción, de esta manera se entiende que el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios que se mantenga el trabajador.
Aunque suene a mal: la simple circulación de mercancías no genera plusvalía, Lo hace el trabajo. La jornada del mismo se divide en dos partes: trabajo necesario y trabajo excedente. Es de este último del que se apropia el capitalista, se apropia de la plusvalía. La producción de la plusvalía es lo característico del sistema capitalista.
El valor de una mercancía se puede dividir en tres:
1) Valor de los materiales y maquinaria usadas– capital constante c
2) Restituye el valor de la fuerza de trabajo–capital variable v
3) Plusvalía p
c + v + p = valor total
Es preciso apuntar que la primera es una versión simplificada de las balances modernos de empresas:
Valor total: Entradas brutas por ventas
Capital constante: Desembolso en materiales con más depreciación
Capital variable: Desembolso en sueldos y salarios
Plusvalía: Ingreso disponible para su distribución (interés, dividendos, reinversión)
Y el 2:
Ingreso nacional bruto: V+ P+C (solamente la depreciación del capital fijo)
Ingreso nacional neto: V+P
La Tasa de la Plusvalía. Hay varios proporciones derivadas de la fórmula c+v+p. Tasa de la plusvalía: p/v = p, llamada “La tasa de explotación” es la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. La magnitud de esta tasa se determina por:
1) Duración del día de trabajo/ tiempo que debe dividirse entre trabajo necesario y excedente
2) Cantidad de mercancías que entran en el salario real
3) La productividad del trabajo
Los dos últimos factores definen cuánto de ese tiempo debe contarse como trabajo necesario. La tasa de la plusvalía se puede elevar a partir de:
a) Extensión del día de trabajo.
b) Rebaja del salario real.
c) Aumento de la productividad del trabajo.
La Composición Orgánica del Capital: Esto es la relación del capital constante con el capital variable. Indicador: Proporción del capital constante con respecto al capital total: c+v = o = composición orgánica del capital
Los factores que determinan son la tasa de los salarios reales, la productividad del trabajo, nivel común de la técnica y la amplitud de la acumulación de capital en el pasado.
La Tasa de la Ganancia: Es la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital: c+ v = g = tasa de la ganancia sobre el capital realmente empleado en la producción de una mercancía dada. Nos encontramos con el problema de los periodos variantes de rotación de los distintos elementos del capital a la hora de calcular la tasa.
Los factores que determinan la tasa de la ganancia son idénticos a los factores de la tasa de la plusvalía y la de la composición orgánica del capital. La tasa de la ganancia es la variable clave desde el punto de vista del comportamiento del capitalista.
Consecuencia según la Ley del Valor: La composición orgánica del capital debe ser idéntica en todas partes, sin embargo esto no se cumple ya que las composiciones orgánicas del capital son muy desiguales entres industrias productoras de mercancías, de esta manera observamos que en el mundo real de la producción, la ley del Valor no ejerce un control directo. Esto está sujeto a comprobación cada vez que realizamos los análisis correspondientes.

Capítulo 3: EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO



Como el primer paso: El trabajo debe, en cualquier forma de sociedad existente, relacionarse a la producción y procurar, aunque sea mínimamente, una (re) distribución de los productos entre sus miembros.
Ya hemos visto pues, que gracias a esta característica fundamental, el valor de cambio es uno de los elementos principales que gobiernan la asignación de la actividad productiva, de que debe realizarse, en una sociedad productora de mercancías.
La forma de producción establece pues una leyes y es la teoría del valor cuantitativo la que debe descubrir cuales son.
La relación que se establece entre dos tipos de trabajo distintos es susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus productos (dos ejemplos: diferencia de habilidad natural; medir la efectividad en términos puramente físicos / diferencia como cuestión de entrenamiento; medir el trabajo incluyendo las horas de trabajo de sus maestras). El problema del valor cuantitativo radica en que: el presupuesto de que las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporada en problemático y da a entender una repartición exitosa y cerrada, de difícil comprobación en el mundo real.
Si estamos ante una sociedad simple de mercancías, demanda y oferta estarán equilibradas, es decir competencia perfecta, siempre que el precio de cada una de las mercancías sea proporcional al tiempo de trabajo requerido
De manera contraria, se establecieron precios proporcionales a los tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y de la demanda puedan trabajar libremente.
La relación demanda-oferta explica, sólo las desviaciones de los precios de mercado con respecto a los valores de mercado y por otra parte la tendencia a balancear estas desviaciones.
El valor real se establece en el momento que oferta y demanda se equilibran mutuamente.
Para conocer la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información; el coste relativo en trabajo de la mercancía y la intensidad relativa de la demanda de la mercancía. Con esto podemos determinar cuál es el equilibro económico general de la sociedad.
Entonces vemos que cuales son las necesidades de los consumidores es algo muy importante, pero lo es todavía mas cual es la distribución del ingreso.
Vemos que no se deben privilegiar aspectos subjetivos o psicológicos de los comportamientos de los consumidores en detrimento de lo importante: el análisis de las relaciones de producción.
Las necesidades de los consumidores son un reflejo del desarrollo y del nivel técnico de la sociedad y no viceversa. El modo de producción de la vida material es el que determina el carácter general de los procesos socio-políticos.
La ley de valor resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula; las proporciones del cambio de mercancías, la cantidad producida de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción
La ley del valor es una teoría de equilibrio general desarrollada en primer lugar con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después al sistema capitalista.
El Valor y el Precio de Producción: El precio es la expresión monetaria del valor, mientras que los precios de producción son modificaciones de los valores. Estos se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas generales, por lo cual las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de explicación.
El precio de monopolio se determina por el ansia de adquirir de los compradores y por su solvencia económica, independientemente del precio, que es determinado por el de la producción general y por el valor del producto.
El control de la oferta permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Las discrepancias entre el precio de monopolio y el valor no están sometidas a ningunas reglas Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio mientras que las de valor cualitativo no lo son. Entonces aún bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo, y comparando, mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor hayan dejado de ser válidas.