Marx nunca dedicó un análisis completo
a las crisis capitalistas, quizá, nos dice el autor, por su método analítico de
la abstracción, que le impedía un análisis de la complejidad de las causas; Aún
así las crisis fueron un tema recurrente en la obra de Marx.
El
capitalismo contradictorio de la sociedad capitalista impresiona al burgués
practico del modo más notable en los cambios de ciclo periódico que la
industria moderna recorre y cuyo punto culminante es la crisis
general (El Capital, 1973).
Los economistas clásicos se mostraron
incapaces de elaborar nuevas hipótesis que implicarán las nuevas condiciones
capitalistas. Las suposiciones quedaban ancladas en certezas más dadas en la
producción simple en economías no desarrolladas, donde el trueque de mercancía
por mercancías se presenta como unido en el tiempo, lo que lo convierte en un
escenario improbable de crisis.
Sin embargo como nos explica Marx en su
crítica de la Ley de los mercados de
Say, en la cual se da por sentado la imposibilidad de la interrupción de la
circulación M-D-M y por tanto la de la existencia de crisis; En las
producciones M-D-M de la producción de mercancía desarrollada , la compra y la
venta están separadas en el tiempo y en el espacio, esto implica que el proceso
de circulación puede sufrir interrupciones ya que está dividida, además este
fenómeno puede extenderse afectando a toda la economía.
En la producción capitalista hay
efectivamente riesgo de crisis, al contrario que los referentes históricos de
crisis donde se las asociaba a la escasez, con las crisis capitalistas hablamos
ahora de crisis de sobreproducción. Sobreproducción como consecuencia y en
ocasiones como causa pero la generalidad nos llevaría a centrarnos en las
causas de la interrupción del proceso.
El
capitalismo y la crisis
La forma de circulación propia del
capitalismo es D-M-D, ya no estamos hablando de valor de uso como en el
desarrollo M-D-M, y donde la lógica invita al proceso por el valor de uso superior
de la segunda M, en esta producción simple de mercancías para el consumo podría seguir
la Ley de Say, pero cuando hablamos en dimensiones de producción D-M-D, estamos
hablando de la inversión de un capital inicial (fuerza de trabajo, medios de
producción) para la producción de mercancías transformables en su venta en
dinero, con el objetivo de la expansión del valor del capital inicial, en una
carrera de acumulación de riqueza en un sentido abstracto.
En el capitalismo la mayoría de la
población mueve su economía con la forma M-D-M con el objetivo del aumento del
valor de uso, mientras como ya hemos visto el capitalista aparece en el mercado
como interesado en elevar al máximo su tasa de ganancia.
Comparadas las diferencias diremos
que, la introducción de un parón en el proceso de la producción
simple de mercancías y en el capitalismo, producen de igual manera una crisis.
La reducción de la circulación, creando una sobreproducción, que más tarde se
convertirá en descenso de la producción. Lo que parece seguro es que
si se altera la tasa de ganancia el capitalista reconsidera invertir el dinero
que comenzara el proceso D-M-D, vamos a analizar los dos casos de los que nos
habla el autor:
1. D
desaparece o se vuelve negativo: Si el incentivo para la inversión
capitalista se extingue, los capitalistas retirarán su capital, disminuirá la
circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción.
Aunque
este fenómeno está más cercano a una depresión y puede no ser la explicación
del inicio real de una crisis.
2. El descenso de D: La
tasa de ganancia se reduce y el capitalista reduce sus operaciones. El capitalista elige entre dos vías
poner el capital en circulación o guardarlo, aunque más tarde o más temprano
habrá de invertirlo. Los más normal es que si la tasa de ganancia está por
debajo del nivel ordinario, el capitalista lo retire y se lo lleve a un mercado
más rentable, y si esto ocurriese en todos lo
guardaría hasta que se dieran condiciones más favorables (Que la tasa de
ganancia vuelva a mejores niveles). Y es que de hecho la crisis y la depresión
que la sigue son parte del mecanismo de reactivación de la tasa de ganancia. El
capitalista siempre va ir en busca de un aumento de la plusvalía.
Para
Marx la clase capitalista se divide en capitalistas y empresarios. El
capitalista suministra, mediante préstamos, capital al empresario, que realiza
sus operaciones, donde buscará la inversión de capital mientras la tasa de
ganancia sea más alta que el interés que le paga al capitalista. En el momento
que esto no sea así se cortará la circulación y generalizará la crisis. La
premisa aquí son los intereses del capital, de alguna manera el capitalista
tenderá a conservar el capital en forma de dinero a prestar el capital a tipos
inferiores, ya que sería más prudente posponer sus operaciones hasta que los
niveles de ganancias vuelvan a los tipos anteriores o los superen, solo si el
periodo fuera largo el capitalista se resignaría a un tipo más bajo y empezaría
a hacer circular el capital a los empresarios.
De
igual manera las dos tipos alternativos explican la restricción de actividades
del capitalista cuando desciende la tasa de beneficio del capital.
Dos
tipos de crisis
La ley de la tendencia de la tasa de
ganancia es su faceta decreciente fue deducida de la suposición de que todas la
mercancías se vendía en sus valores de equilibrio, por lo tanto no se tenía en
cuanta el síntoma de desequilibrio en el sistema de valor, aunque si hubiera
una crisis se convertiría en causa del desequilibrio.
Abandonando la suposición anterior,
aparecen nuevas razones y causas del descenso del beneficio. Como nos explica
la ley de la oferta y la demanda, si se produce demasiado, el precio del
producto desciende por debajo del valor, y la ganancia se reduce o desaparece.
Si esto ocurre en diferentes tipos de industrias, se extiende y aparecería una
crisis de realización.
Las dos crisis mencionadas nacen
igualmente del endurecimiento del lucro, en un caso implicados los movimientos
en la tasa de plusvalía y el otro unido al déficit de demanda, pero debemos
especificar, en términos de demanda insuficiente para comprar la mercancía
con tasa de ganancias satisfactorias para el capitalista.